El 25 de septiembre de 2025, Nakama Game Studio lanzó Jamboy, a Jelly-cious Hero, un plataformas de acción que bebe directamente de la esencia de los títulos más excéntricos de los 90, como Earthworm Jim. El juego está disponible en PC (Steam) y Nintendo Switch a un precio accesible (menos de 8 euros).
Lo que más destaca de Jamboy es su apuesta por un diseño creativo descarado. La historia arranca con una persecución surrealista: Jamboy, un «héroe de mermelada», y su amigo Billy huyen de una dona policía, solo para acabar tragados por un gigante llamado Damien. El escenario principal es, literalmente, el sistema digestivo de este último, un laberinto de túneles poblado por monstruos hechos de comida. El protagonista, silencioso y de carácter pasivo, contrasta con Billy, quien lo arrastra a sus locuras, un recurso clásico en los plataformas de la época.
¡Jamboy y Billy son devorados por un gigante y ahora tienen que escapar de sus tripas! ¡Explora los intestinos de Damien, mientras derrotas monstruos de comida en este frenético juego de plataformas y adéntrate en una aventura que te dejará el estómago revuelto.
Apartado técnico
La estética, dibujada a mano y cargada de caricatura, refuerza ese tono cómico y desinhibido que el estudio buscaba. Los niveles, aunque visualmente llamativos, pueden sentirse extraños a veces, como si la premisa absurda no terminara de cuajar en una progresión sólida. Eso si, insisto
A pesar de la fortaleza estética, la narrativa episódica del juego plantea problemas de coherencia. El objetivo de evocar el humor absurdo de los juegos de los 90, donde la trama es secundaria, no siempre funciona en la práctica. A veces la historia se vuelve «confusa» y los niveles, si bien visualmente son interesantes, se sienten «desconectados» entre sí. Esta desconexión no se percibe siempre como hecha de manera intencional, sino como una falta de progresión temática coherente. Si bien el juego utiliza misiones de recolección, estas no se sincronizan bien con la lógica del entorno.
En cuanto al diseño de audio, la banda sonora está intencionalmente diseñada para reflejar un estilo burdo como en los 90; ojo, esta parte me ha encantado especialmente. Los efectos de sonido y la música contribuyen a construir un ambiente excéntrico y cómico, vital para mantener el tono ligero y absurdo de la experiencia.
Jugabilidad
Jamboy se define como un plataformas de acción multigénero, y la expectativa principal para este género es la precisión de control. En este ámbito, la ejecución técnica ha sido inconsistente. Y es que el mayor talón de Aquiles de Jamboy radica en su ejecución mecánica. En un género donde la precisión es clave, el movimiento del personaje flotante choca con la necesidad de saltos milimétricos. Mis partidas estuvieron marcadas por la frustración al caer en «pozos de la muerte» no por error propio, sino por una sensación de falta de control. El combate, por su parte, adolece de problemas en las hitbox: hay momentos en los que los golpes no registran como deberían, o en los que el jugador y el enemigo se dañan simultáneamente, rompiendo la fluidez.
Nakama Game Studio ha lanzado parches para corregir algunos de estos fallos —como la alineación de ciertos enemigos o plataformas—, pero el daño a la experiencia ya estaba hecho, especialmente para quienes buscaban un desafío hardcore en el modo Buffet.
El juego ofrece dos modalidades principales para la campaña:
- Snack Mode: Diseñado para ofrecer un nivel de dificultad «suave» o «relajado,» ideal para jugadores que son nuevos en el género o que simplemente prefieren una experiencia menos estresante y más enfocada en el humor y la exploración.
- Buffet Mode: Presenta la experiencia completa de Jamboy con un desafío creciente y la inclusión de enemigos únicos. Este modo está explícitamente dirigido a jugadores más experimentados que buscan una prueba de habilidad.
Duración
El juego intenta compensar su corta duración de apenas unas horas para completar la campaña con dos modos de dificultad y contenido desbloqueable. El Snack Mode ofrece una experiencia relajada, ideal para quienes prefieren explorar sin presión, mientras que el Buffet Mode promete un reto extremo con enemigos exclusivos. Además, al terminar la historia, se desbloquean los Lost Levels, niveles adicionales diseñados para poner a prueba la habilidad, y una galería de extras que incentiva la rejugabilidad.
Sin embargo, la pregunta sigue en el aire: ¿es suficiente? Para los amantes del género que buscan profundidad y mecánicas pulidas, Jamboy puede quedarse corto. Su valor real reside en su capacidad para atraer a ese público nostálgico que prioriza el estilo sobre la sustancia, dispuestos a pasar por alto sus imperfecciones a cambio de una experiencia breve, económica y visualmente memorable.
El valor de la rejugabilidad se apoya en dos pilares de contenido secundario que se desbloquean tras completar la historia:
- Lost Levels: Se presentan como niveles adicionales y altamente desafiantes, específicamente diseñados para expandir la experiencia de juego y poner a prueba las habilidades del jugador.
- Extras: Incluyen un sistema de logros y una galería, lo que incentiva la rejugada para descubrir todo el material audiovisual y completar todos los desafíos propuestos.
La estrategia de valor se basa en el principio de que los jugadores experimentados busquen la mastery sobre el recorrido. La brevedad de la campaña significa que el juego solo proporcionará un alto valor de rejugabilidad si el Buffet Mode y los Lost Levels logran ofrecer una experiencia que no solo sea más larga, sino también significativamente más intensa que el cuerpo principal. El rendimiento de este contenido de desafío post-campaña es el factor crítico que determinará si percibes que el juego merece la inversión.
¿Merece la pena jugarlo?
Al final, Jamboy, a Jelly-cious Hero es un recordatorio de que el encanto y la originalidad no siempre bastan para sostener un juego de plataformas. Su premisa —un viaje a través de las entrañas de un gigante, enfrentándose a criaturas de comida— es tan absurda como refrescante, y su estética dibujada a mano cumple con creces el objetivo de evocar a los clásicos. Pero cuando el control falla y la dificultad se vuelve arbitraria, incluso el humor más descarado pierde fuelle. El estudio ha demostrado sensibilidad al lanzar actualizaciones, pero el daño a la percepción de los jugadores más exigentes ya está hecho.
Queda claro que este no es un título para todos. Quienes crecieron con los plataformas de los 90 y buscan revivir esa sensación de caos controlado, sin importarles demasiado los detalles técnicos, encontrarán en Jamboy una opción divertida y económica. Para el resto, especialmente para aquellos que esperan la precisión y el rigor de los grandes referentes del género, el juego puede saborearse como una mermelada demasiado diluida: dulce en apariencia, pero con poca consistencia al final.
Para terminar, decirte que el juego tiene una demo en Steam, así que puedes probarlo por ti mmismo, y te invito a que lo hagas porque pese a los fallos, yo me lo he pasado en grande.