El 30 de octubre llega por fin ARC Raiders, el shooter de extracción desarrollado por Embark Studios tras un proceso de creación lleno de altibajos, que incluyó incluso un retraso para pulir su propuesta. El juego, disponible en Xbox Series X/S, PS5 y PC, ha generado expectación por su enfoque en la cooperación y la extracción de recursos, pero también por cómo abordará una mecánica controvertida en este tipo de títulos: los reinicios de progresión. En lugar de imponer un sistema rígido, el estudio ha optado por dar el control al jugador a través del Proyecto de Expedición, una estructura que se activa al alcanzar el nivel 20 y que plantea un desafío colectivo durante ocho semanas.
La dinámica es clara: durante ese período, los jugadores deben recolectar y aportar materiales para completar el proyecto. Si lo logran en la última semana, tendrán la opción de reiniciar su progreso de forma voluntaria. Si no lo consiguen, el proyecto queda en standby hasta el siguiente ciclo. El reinicio implica perder habilidades, objetos, niveles y opciones de creación desbloqueadas, aunque se conservan los elementos cosméticos, logros y clasificaciones. La pregunta lógica es: ¿qué gana el jugador con este sacrificio? Según Embark, la recompensa no radica en ventajas de combate —algo que podrían desequilibrar la experiencia—, sino en beneficios permanentes para la cuenta, como cosméticos exclusivos, mejoras en la calidad de vida y facilidades para acelerar ciertos aspectos del progreso en futuras partidas. Completar una expedición, además, aumenta su «magnitud», un concepto que aún están definiendo, pero que promete añadir capas adicionales de personalización.
Equilibrio y recompensas: ¿un sistema justo?
El estudio insiste en que estas mejoras no otorgarán ventajas competitivasectas. «Nunca queremos que un jugador que reinicie su progreso tenga una superioridad injusta sobre alguien que no lo haya hecho«, explican. En cambio, las recompensas se centrarán en lo estético, en la satisfacción de lograr algo único y en pequeñas comodidades que agilicen el avance, como saltarse el tutorial inicial o acceder a zonas avanzadas desde el principio. Es un enfoque que busca premiar la dedicación sin romper el equilibrio, aunque aún queda por ver cómo será recibido por la comunidad, especialmente en un género donde la progresión y la inversión de tiempo son clave.
Lo cierto es que ARC Raiders apuesta por un modelo que, al menos sobre el papel, intenta respetar el esfuerzo del jugador sin caer en prácticas frustrante. La idea de que los reinicios sean opcionales y estén ligados a metas colectivas —en lugar de individuales— podría aliviar parte de la presión que suelen generar estos sistemas. Sin embargo, el verdadero test llegará cuando el juego esté en manos de los jugadores y se ponga a prueba su capacidad para mantener ese delicado equilibrio entre recompensa y equidad. Mientras tanto, Embark parece consciente de los riesgos y, por ahora, prefiere errar del lado de la precaución, priorizando la experiencia compartida sobre las ventajas individuales.
Por cierto, el juego no tendrá crossplay dedicado en consolas, o juegas con gente de PC, o no.
