El año de Xbox Game Studios se despide con The Outer Worlds 2, el segundo bombazo de Obsidian en 2025 tras Avowed, y el juego ha llegado pisando fuerte… o al menos eso dice la mayoría. Con un 84 en Metacritic (basado en 52 análisis), la prensa ha aplaudido su narrativa ramificada, ese humor ácido que ya es marca de la casa y un sistema de combate que, aunque no revoluciona el género, cumple como un reloj suizo. Pero, como en toda buena pelea de taberna, siempre hay quien se queda con las manos en la cintura. Y esta vez el que ha soltado el primer puñetazo ha sido Daniel Vávra, el cerebro tras Kingdom Come: Deliverance 2 y un tipo que no se corta un pelo a la hora de soltar verdades como puños.
Tras terminarse el juego, Vávra le colgó un 7/10 en Twitter y dejó caer una bomba:
Terminado. 7/10. Lo que me entristece es que la compañía y los creadores de uno de mis juegos favoritos de todos los tiempos (Fallout y New Vegas) no hayan sido capaces, ni siquiera después de 15 años y con todo el dinero de Microsoft y los últimos avances tecnológicos, de idear una sola mecánica de juego nueva que pueda llevar esta fórmula, probada pero antigua, a otro nivel. ¿Se les ocurre alguna mecánica de juego nueva en The Outer Worlds que no estuviera ya en Deus Ex o en los Fallout originales hace más de 25 años? Desafortunadamente, a mí no. ¡Quiero un mundo vivo y simulado! ¡Verdadera no linealidad! ¡Quiero algo más que cajas de botín, túneles de mantenimiento, pantallas de carga y subir de nivel repetitivamente en un mundo estático y predefinido!
¿Tiene razón Vávra o pide peras al olmo?
Que The Outer Worlds 2 no sea un Deus Ex o un Fallout clásico no lo convierte en un mal juego. De hecho, es justo lo que muchos fans pedían: más de lo mismo, pero pulido. Un RPG de acción con diálogos afilados, compañeros con personalidad y un mundo que, aunque no sea un sandbox vivo, al menos te deja elegir cómo joderlo (o salvarlo, si eres de los aburridos). Pero Vávra no pide mejoras incrementales; exige un salto generacional, algo que Obsidian no ha dado desde… bueno, desde nunca. Y aquí está el meollo: ¿es justo comparar un estudio que vive de narrativas ramificadas y humor negro con uno que apuesta por simulaciones históricas con física de espadas?
Lo curioso es que la industria sí tiene hueco para ambos enfoques. Kingdom Come y The Outer Worlds son tan distintos como un martillo y un destornillador: uno clava con fuerza, el otro ajusta tornillos con precisión. Pero Vávra parece querer que Obsidian fabrique un taladro láser, cuando ellos siguen felices con sus herramientas de siempre. Eso sí, hay quien suspira por un regreso a los Pillars of Eternity, pero con el presupuesto de un Baldur’s Gate 3. Spoiler: no va a pasar. Obsidian tiene otros planes, como las dos expansiones que ya están en desarrollo para TOW 2, aunque de momento son más secretas que el paradero de la nave de Halcón.



