Tras años de altibajos (y algún que otro fiasco sonado), el gigante japonés ha decidido reinventarse de verdad, y los números empiezan a darle la razón. Según su último informe sobre el Plan de Negocios a Medio Plazo, la estrategia de lanzar sus grandes títulos en todas las plataformas posibles —desde la PS5 hasta la futura Nintendo Switch 2, pasando por Xbox y PC— está funcionando. Tanto, que el segmento de juegos en alta definición (el que incluye sus franquicias estrella) ha vuelto a ser rentable. Y no es casualidad, cuando juegos como Final Fantasy VII Rebirth, Romancing SaGa 2 o el remake HD-2D de Dragon Quest III llegan a más consolas, la caja registradora suena más fuerte. Vamos, que Square Enix ha descubierto que, en 2025, encerrarse en una sola plataforma es como jugar a la ruleta rusa: tarde o temprano, te explota en la cara.
Pero no se trata solo de vender más copias. La compañía ha dado un giro de 180 grados en su forma de hacer negocios, y ahora apuesta por un modelo diversificado hasta la médula. Las ventas de su catálogo de clásicos han subido un 31% interanual (sí, la gente sigue comprando Final Fantasy como si no hubiera mañana), y el merchandising está batiendo récords gracias a colaboraciones como la de Final Fantasy con Magic: The Gathering o la expansión de sus tiendas TAITO por el mundo. Incluso han reestructurado sus divisiones internacionales, pasando de once sedes a solo cuatro, lo que les ahorrará más de 3.000 millones de yenes al año. Y, como guinda, están invirtiendo en IA para automatizar hasta el 70% de las pruebas de control de calidad para 2027. Vamos, que Square Enix no solo quiere vender más, sino trabajar mejor y más rápido. Y, por ahora, los números les están dando la razón.
De «¿Qué demonios hacen?» a «esto sí que es negocio»
Hace no tanto, Square Enix era sinónimo de decisiones cuestionables: juegos cancelados, exclusividades que no terminaban de cuajar y una sensación general de que no tenían muy claro el rumbo. Pero con este cambio de estrategia, han pasado de ser el chico raro de la industria a un ejemplo de cómo reinventarse sin perder la esencia. La clave está en ese equilibrio entre calidad y alcance: ya no se trata de lanzar un Final Fantasy cada dos años y rezar para que funcione, sino de aprovechar al máximo cada franquicia, ya sea con remakes, spin-offs o colaboraciones que mantengan el interés vivo. Y, sobre todo, de llegar a todos los jugadores, no solo a los que tienen una consola concreta.
Eso sí, no todo es color de rosa. Square Enix sigue siendo cautelosa con sus lanzamientos: no van a saturar el mercado con títulos, sino que prefieren espaciarlos para garantizar calidad (y, de paso, evitar otro Balanced o Babylon’s Fall). Pero, con la IA en el horizonte y una estructura más ágil, parece que por fin han encontrado la fórmula. El informe incluso proyecta rentabilidad continua hasta 2026, algo que, hace unos años, habría sonido a ciencia ficción. Ahora solo falta ver si esta reinvención dura o si, como en sus peores épocas, vuelven a tropezar con la misma piedra. Pero, por ahora, Square Enix no solo ha despertado, como dice su eslogan. Ha aprendido a correr.
El futuro: menos juegos, pero mejores (y en todas partes)
Si algo ha quedado claro con este informe es que Square Enix ya no juega a ser la reina del baile a cualquier precio. Su nueva filosofía es sencilla: menos títulos, pero más pulidos y en más plataformas. Y, de momento, funciona. Porque, al final, lo que quiere el jugador no es solo más juegos, sino juegos que valgan la pena. Si a eso le sumas que los podrás jugar en la consola que tengas —ya sea una PS5, una Xbox o la nueva Switch—, el círculo se cierra solo. Eso sí, habrá que ver cómo gestionan el tema de la IA y si esa automatización del 70% en pruebas no acaba resintiéndose en la calidad. Pero, por ahora, Square Enix ha demostrado que, cuando quiere, sabe cómo volver a la cima.
Así que, si eres de los que echaba de menos los grandes RPGs de Square Enix, prepárate: parece que la compañía por fin ha encontrado el camino. Eso sí, no esperes un Final Fantasy nuevo cada año. Pero, cuando llegue, al menos sabrás que valdrá la pena. Y que podrás jugarlo donde quieras. Porque, al final, eso es lo que siempre deberíamos haber pedido: juegos buenos, sin excusas.



