Tenemos nuevos datos que dicen que el 90% de los dueños de un Steam Deck ya eran usuarios de Steam en PC antes de comprarlo. Así lo desvela Chris Dring, de The Game Business, en su último informe, donde deja claro que el éxito de la nueva apuesta de Valve dependerá, una vez más, de un público muy concreto, jugadores de escritorio que buscan llevarse sus bibliotecas a otro sitio sin complicaciones. O sea, los de siempre.
Y es que, aunque las cifras de la Steam Deck (entre 4 y 5 millones de unidades vendidas) puedan parecer modestas al lado de las consolas tradicionales, su valor estratégico es brutal. No estamos hablando de un mercado masivo, sino de un nicho de jugadores hardcore que ya tienen cientos de juegos en Steam, que actualizan su GPU cada dos años y que ven en la portabilidad una forma de sacarle más partido a lo que ya tienen. «No son usuarios que haya que convencer para que usen Steam , sino clientes que buscan comodidad«.
El mito del consolero que se pasa al PC: menos del 10% de los casos
Valve soñaba con que Steam Deck fuera el gancho perfecto para esos jugadores de PlayStation o Xbox que miran el PC con recelo, una máquina sencilla, sin drivers que instalar ni configuraciones que tocar, donde pudieran probar el catálogo de Steam sin miedo. Pero la realidad, según los documentos que manejó Dring, es tozuda: el 90% de los compradores ya eran usuarios activos de la plataforma. La interfaz simplificada, el precio asequible o la portabilidad no han servido para captar a ese público casual que se ahoga en los menús de NVIDIA Control Panel. «La barrera de entrada al PC sigue siendo psicológica», señala el analista.
Eso no significa que Valve vaya a rendirse. La Steam Machine, de hecho, podría ser su último intento por seducir a ese 10% restante, un dispositivo plug-and-play diseñado para el salón, con un hardware fijo que evite los dolores de cabeza de compatibilidad. Pero, otra vez, el público objetivo sigue siendo el mismo: el usuario de PC que quiere un setup secundario para el televisor.