Battlefield 6 llega con la enorme presión de reescribir una historia reciente marcada por la controversia. Electronic Arts y DICE han reconocido los fallos estructurales de su predecesor y han ejecutado una corrección de rumbo drástica, enfocándose en restaurar los pilares que hicieron grande a esta franquicia. El resultado es un shooter técnicamente pulido que consigue su objetivo principal: devolver la sensación de guerra total y visceral, aunque no sin crear nuevos y a veces frustrantes dilemas en el campo de batalla.
La base de la trama sigue el conflicto global en un futuro cercano, un mundo desestabilizado por el cambio climático y las tensiones entre las superpotencias, que se ven obligadas a depender de las fuerzas especiales de los «No-Pats». La historia no se cuenta a través de escenas cinemáticas de un solo jugador, sino que se desarrolla mediante el contenido del propio juego, profundizando en las historias de estos personajes y la escalada de la guerra por los escasos recursos. Es un enfoque que prioriza el campo de batalla multijugador como el lienzo narrativo, donde la urgencia de la guerra se siente a través del caos de la jugabilidad.
Apartado técnico
La gran sorpresa de Battlefield 6 es su base técnica. DICE ha pasado por un proceso de reingeniería de su motor Frostbite que, aunque motivado por la necesidad de optimizar para consolas menos potentes, ha beneficiado la estabilidad de la experiencia en general. El rendimiento es notablemente más estable que en entregas anteriores, y en consolas de última generación y PC el frame rate se mantiene alto y fluido, crucial para un título de esta escala.
Visualmente, el juego es un salto adelante. La atmósfera, el sonido y los gráficos son «mucho mejores» que la estética que algunos consideraron demasiado caricaturesca en la entrega anterior. La implementación de tecnologías de ray tracing se usa para crear reflejos y sombras dinámicas, intensificando el caos visual de la «guerra ensordecedora» en cada enfrentamiento.
Sin embargo, los usuarios de PC de gama alta deben ser cautelosos. Para mantener la fluidez a altas tasas de fotogramas, ciertas configuraciones gráficas, especialmente las sombras solares y la oclusión ambiental, consumen demasiados recursos. Esto obliga a los jugadores a sacrificar una parte de la fidelidad visual, ajustando estos efectos para que el rendimiento no se desplome durante el caos de las partidas de 128 jugadores. El motor Frostbite sigue demostrando que gestionar 128 personas y la iluminación avanzada a la vez es un acto de equilibrio delicado.
Donde el apartado técnico brilla de manera inigualable es en el diseño de sonido. La banda sonora de la guerra es visceral. La meticulosidad en el diseño de las explosiones, que utilizan capas de muestras acústicas para transmitir la cercanía y la profundidad del estruendo, crea una inmersión sensorial única. Además, la compatibilidad con tecnología háptica avanzada promete que los jugadores «sentirán cada explosión» a través del mando, transformando la inmersión en una experiencia táctil completa.
Jugabilidad
La jugabilidad de Battlefield 6 es una clara declaración de intenciones: es un regreso a las raíces tácticas de la franquicia. El cambio más importante y acertado es el abandono del sistema de Especialistas en favor del sistema clásico de cuatro clases (Asalto, Ingeniería, Apoyo y Reconocimiento). Esta decisión devuelve la coherencia al escuadrón y el juego en equipo, ya que obliga a los jugadores a especializarse y colaborar. Ya no basta con tener una build individualista; ahora, tu equipo necesita Ingenieros para derribar vehículos, y el rol de Apoyo vuelve a ser esencial para la supervivencia del push con reanimaciones y curaciones.
El famoso motor de destrucción de la saga ha sido renovado. Sin embargo, en las primeras partidas, esta destrucción resulta demasiada. Las estructuras clave que deberían servir de cubierta pueden ser demolidas con demasiada facilidad. Esto ha generado el debate de si la destrucción se ha vuelto tan exagerada que reduce los mapas a constantes «picadoras de carne» sin control, donde la cubierta defensiva desaparece demasiado rápido.
El combate de 128 jugadores sigue siendo un reto de diseño. Los mapas se sienten «ajustados» y el flujo es a menudo una batalla constante y claustrofóbica con tiroteos incesantes. DICE aún no ha encontrado el punto dulce que combine la escala masiva con un flujo táctico inteligente.
Además, el equilibrio de armas y vehículos necesita ajustes. Se reporta que el tiempo para matar (TTK) y el tiempo para morir (TTD) son inconsistentes, generando momentos de frustración en el combate de infantería. Peor aún, los vehículos, que en entregas anteriores eran todopoderosos, ahora se sienten infravalorados y demasiado fáciles de destruir. Si la infantería tiene una ventaja tan grande, la identidad de «armas combinadas» de Battlefield corre el riesgo de romperse.
Duración
Al ser un juego GaaS, la duración no se mide por una campaña de un solo jugador, sino por el tiempo que te mantiene enganchado al ecosistema multijugador. La longevidad de Battlefield 6 reside en su sistema de progresión y la constante inyección de contenido a través de temporadas. Reconociendo la fatiga del grindeo excesivo, DICE ha acelerado la curva de progresión inicial. Ahora, ganarás XP base más rápido y el tiempo necesario para desbloquear los primeros 20 rangos de accesorios de armas se ha reducido a casi la mitad. Esto significa que los jugadores nuevos tendrán acceso a las mejoras funcionales de las armas casi dos veces más rápido, lo que es un movimiento inteligente para mejorar la retención y la sensación de progreso gratificante.
La rejugabilidad está impulsada por el sistema de pases de batalla (que se pueden adquirir en un solo pago anual con descuento) y por el reto constante de dominar el campo de batalla de 128 jugadores. A esto súmale el reciente battle royale RedSec que está disponible gratis para todos, incluso para los que no tienen Game Pass Core.
¿Merece la pena jugarlo?
BF6 no está exento de los riesgos inherentes a su escala masiva. El actual desequilibrio entre vehículos e infantería y la frustración de los mapas claustrofóbicos a 128 jugadores demuestran que DICE aún está ajustando los engranajes finos de este motor de guerra. Pero más allá de eso (y ya hemos vivido más de un parche estas semanas) el juego se siente fresco, muy divertido y con las suficientes novedades como alejar la idea de que es una «nueva entrega numerada más».
Personalmente, siempre me he sentido mucho más identificado con la propuesta de Battlefield que con la de Call of Duty, y aun siendo ambos grandes shooters, el de DICE me llena bastante más. Esta sexta entrega merece cada euro invertido en ella, ni lo pienses.
Nos vemos en el campo de batalla.






