Hoy me toca hablar de Blood West, un juego desarrollado por Hyperstrange y publicado por New Blood Interactive, que es una brillante anomalía en el panorama de los FPS contemporáneos, fusionando el horror lovecraftiano, el western polvoriento y con un diseño que ofrece simulación en una experiencia tan desafiante como satisfactoria. Lanzado en su versión completa para PC el 5 de diciembre de 2023 y con llegada inminente a consolas, este juego se postula como un fuerte representante del subgénero «Weird West», alejándose radicalmente de la acción frenética para apostar por el sigilo, el método y la supervivencia.
Blood West trasciende la etiqueta de shooter. Se centra en la gestión estratégica, el sigilo y el ciclópeo reto de sobrevivir en un mundo hostil. El jugador encarna al «Pistolero No Muerto», destinado a erradicar el mal sobrenatural que asola las Tierras Estériles y, de paso, redimir su propia alma. Esta trama minimalista establece un tono lúgubre y realista, donde cada encuentro y cada recurso cuenta. El título estructura su mundo en tres grandes escenarios (Cañones, Pantano y Montañas) con atmósfera, enemigos y desafíos muy diferenciados, garantizando frescura y variedad en su propuesta. Ya ves que la historia no es el sumun de la originalidad, pero nos sirve, tampoco el juego va buscando esto precisamente.
Apartado técnico
A diferencia de otros títulos de su editor, Blood West es metódico y táctico. Aquí no hay frenetismo: enfrentarse a los múltiples horrores del oeste exige planificación, aprendizaje y respeto absoluto por los peligros del entorno. La ausencia de un «modo fácil» o de ayudas innecesarias deja claras las intenciones del juego: entregar una simulación de supervivencia intencionadamente brutal, donde morir es tan probable como esperado. El sufrimiento, la tensión y la sensación de peligro constante son parte de la experiencia y refuerzan el carácter narrativo del Pistolero No Muerto. Para que todo esto funcione así de bien, el framerate no puede tener concesiones, y debe ir fluido como una cascada. El juego cumple de manera holgada la estabilidad de frames, y es un gustazo jugarlo, confieso.
Narrativamente, Blood West recurre al minimalismo para potenciar lo ambiental. El jugador revive gracias a un ídolo oscuro y debe purgar el mal. Son los entornos, la disposición de peligros y la exploración activa los que dotan de profundidad e inquietud a la historia. Los escenarios abiertos y capitulares (Cañones, Pantano, Montañas) están plagados de secretos, documentos y NPCs, pero el verdadero protagonista es el ambiente opresivo y ese terror silencioso que recuerda por momentos a S.T.A.L.K.E.R. El diseño artístico juega un gran papel aquí, en donde todo está recreado con mimo y detalle. Pese a lo burro y sanguinario de todo el juego, los entornos están cuidados y eso ya es decir mucho dado que esta parte es la que más se descuida en un juego de estas características.
El arte low-poly reminiscente del terror de los 90 no es simple nostalgia, la limitación visual acentúa el desconocimiento de lo que acecha tras cada sombra, mientras que la crudeza del gore y la violencia resaltan el horror cósmico sin que el realismo diluya la ambientación. El diseño sonoro es soberbio: cada paso, gruñido o silencio construye una atmósfera de paranoia crucial para la tu manera de sentir la supervivencia, ya que el sigilo y la percepción acústica son claves jugables para anticiparse a los monstruos del entorno.
Aunque el mundo abierto se divide en tres hubs independientes, la exploración dentro de cada uno es libre y enormemente recompensante. La decisión de no permitir el retorno a capítulos anteriores favorece el control del ritmo y la dificultad, obligando a exprimir cada zona antes de avanzar. Los escenarios están diseñados para fomentar la búsqueda de rutas secundarias, alijos, secretos y misiones adicionales, pues encontrar cada recurso es vital para la supervivencia. Es un enfoque que premia la curiosidad y el alto riesgo, pidiendo un compromiso con la exploración mucho mayor que en la mayoría de shooters del mercado actual.
Jugabilidad
Blood West premia el avance cuidadoso y el cálculo. El sistema de detección de enemigos es claro y punitivo: una barra muestra cuándo estamos a punto de ser descubiertos, realzando el ciclo de observar, planear y ejecutar. Las consecuencias de ser descubierto son letales: los enemigos son tenaces, agresivos y pueden acabar con la vida del protagonista en un par de golpes. El arsenal, aunque variado (revólveres, rifles, escopetas, armas mágicas o malditas), nunca convierte al jugador en un superhéroe. La gestión de la munición y los objetos es obligatoria, y los disparos a la cabeza no solo son altamente efectivos, sino necesarios, ya que el combate cuerpo a cuerpo suele implicar un alto riesgo.
La economía interna es estricta. Los consumibles curativos solo se hallan explorando y nunca se compran en tiendas, forzando la gestión sabia del inventario y la decisión constante de arriesgarse por botines extra o conservar recursos para el futuro. El inventario utiliza un sistema de cuadrícula tipo Diablo, obligando a elegir qué armas y objetos llevar y qué dejar atrás. Como ves, es un juego jodido, de hecho, estructuro los niveles de dificultad en tres apartados
- Dificultad inquebrantable: La curva de aprendizaje brutal y las penalizaciones de muerte severas son una barrera significativa para los jugadores casuales.
- Diseño de Hubs lineales: La incapacidad de regresar a áreas de capítulos anteriores es considerada por los puristas como una desviación de las convenciones de Immersive Sim, ya que elimina la agencia sobre el estado macro del mundo.
- Progresión rígida: La necesidad de redistribuir manualmente todo el árbol de habilidades para probar una nueva build puede resultar tediosa y disuadir la experimentación con el sistema RPG.
Duración
Quiero hacer un pequeño parón en el sistema de progresión, builds y el apartado RPG. El sistema de progresión basado en ventajas (perks), el inventario de estilo RPG y una dificultad sin concesiones convierten cada partida en un viaje de aprendizaje, gestión extrema y alta tensión. La campaña principal supera las 20 horas, y la exploración meticulosa puede alargar la experiencia por encima de las 35 horas.
El árbol de perks y ventajas ofrece altísima personalización. Las decisiones son permanentes a menos que decidas hacer un reset completo, lo que obliga a elegir bien el tipo de personaje: cazador sigiloso, pistolero de reflejos rápidos o bruto cuerpo a cuerpo, entre otras combinaciones. Los artefactos especiales hallados en cada área otorgan habilidades únicas y permanentes, siendo cruciales para superar los retos de dificultad creciente. Estos elementos, más la brutal curva de dificultad y las penalizaciones al morir, aseguran una experiencia desafiante y rejugable.
¿Merece la pena jugarlo?
Blood West es un título imprescindible para amantes del horror de supervivencia, el sigilo exigente y la exploración profunda, aportando una de las mejores atmósferas y sensación de peligro de la escena indie moderna. Con su inminente llegada a consolas y la promesa de más contenido, consolida su puesto como obra de culto que desafía, atrapa y nunca deja indiferente a quienes se atreven a vagar bajo su sol enfermo y sus cielos malditos.
La decisión de Hyperstrange de abstenerse de incluir un «modo fácil» y de imponer una dificultad despiadada es todo un acierto. Al mantener una curva de desafío tan alta, el estudio asegura una profunda credibilidad dentro de las comunidades de nicho que buscan la máxima complejidad y la recompensa de la maestría, fomentando un seguimiento dedicado y una reputación de título de culto, similar a lo que ocurre con juegos como Battle Brothers.
Personalmente valoro la tensión ambiental, la dificultad, la creatividad de builds y la satisfacción por superar un reto justo y exigente. Como puntos en contra, la progresión rígida de perks, la imposibilidad de retroceder entre capítulos y algunos aspectos de la IA son mejorables, aunque no empañan el resultado global.