El lanzamiento de Little Nightmares III marca un punto de inflexión en la saga, no solo por el cambio de estudio desarrollador de Tarsier Studios a Supermassive Games, sino por la introducción de una mecánica cooperativa que redefine la experiencia de juego. El juego, que llegó a las plataformas el pasado 9 y 10 de octubre de 2025, se presenta como una apuesta ambiciosa, pero también como un ejercicio de equilibrio entre la fidelidad a la esencia de la franquicia y la innovación. Sin embargo, este cambio deección creativa me hace hacerme una incómoda preguntaa: ¿puede una saga construida sobre la soledad y el terror psicológico adaptarse a una fórmula cooperativa sin perder lo que la hacía única?
Desde el principio, la transición de Tarsier a Supermassive me generó expectativas encontradas. El primer estudio había perfeccionado una atmósfera opresiva y minimalista, donde el aislamiento del jugador era clave para generar tensión. Por otro lado, Supermassive es conocido por priorizar historias explícitas y experiencias cinemáticas, como las vistas en Until Dawn o The Dark Pictures Anthology. Este contraste de estilos se nota en Little Nightmares III, donde, aunque se mantiene la estética oscura y el misterio característico de la serie, la ejecución de ciertas mecánicas especialmente las vinculadas al modo cooperativo no logra replicar la magia de sus predecesores. Esto no es necesariamente malo per se, pero es algo que quería reseñar al principio de esta review.
La tercera entrega nos transporta a»La Espiral», un lugar retorcido y hostil donde los sueños se deforman y los miedos infantiles cobran forma física. Aquí conocemos a Low y Alone, dos niños que intentan escapar de una pesadilla viva llena de criaturas monstruosas y lugares imposibles. Low es un chico de capa azul que porta un arco con el cual acciona mecanismos o distrae a enemigos, mientras que Alone, con su característica llave inglesa, puede romper estructuras o abrir caminos alternativos.
La trama se desarrolla sin necesidad de diálogos, fiel al estilo de la serie. Todo se comunica a través del entorno, la gestualidad y el lenguaje visual. Los jugadores descubren fragmentos de historia observando los escenarios: juguetes abandonados, retratos distorsionados y sombras que insinúan terribles tragedias del pasado. El juego nos habla del abandono, la pérdida de la inocencia y el miedo a depender de otros. Es una historia tanto de unión como de supervivencia ante lo inexplicable.
A diferencia de los anteriores Little Nightmares, esta entrega es más explícita: los eventos son más fáciles de interpretar y los protagonistas tienen una identidad más definida. Esto aporta claridad pero resta parte del aura de misterio e interpretación libre que caracterizaba al mundo de La Maw y Pale City. Sin embargo, el tono emocional aumenta, mostrando vínculos más humanos entre Low y Alone, que deben confiar mutuamente para resistir y avanzar.
La presencia de jefes o antagonistas -como La Supervisora, una criatura de múltiples brazos obsesionada con el orden y los niños perdidos- aporta momentos memorables, tanto por su diseño grotesco como por el horror psicológico de sus persecuciones. Cada enemigo encarna un miedo vital: el castigo, el control, la soledad o la pérdida de identidad.
Apartado técnico
Visualmente, Little Nightmares 3 es la entrega más poderosa y variada de la saga. Aunque no utiliza el Unreal Engine 5, Supermassive ha personalizado el Unreal Engine 4 para conseguir una iluminación volumétrica y una profundidad de campo impresionantes. Los efectos de luz y sombra adquieren un papel protagonista, especialmente en el uso de la linterna, que no sólo ilumina, sino que revela detalles narrativos ocultos.
El título ofrece dos modos visuales: Modo Belleza, con mayor detalle, texturas y un realce de la iluminación a costa de algo de fluidez; y Modo Rendimiento, con animaciones más suaves y estabilidad perfecta. En ambos, el nivel de detalle en entornos y personajes es sobresaliente y cada edificio parece respirar decadencia y cada objeto parece tener una historia. Me confieso fiel admirador de este enfoque, pero es que es algo que ya sabía, porque SMG es un estudio que destaca bastante por su cuidado apartado gráfico.
Los escenarios, ahora más amplios y profundos, aprovechan con elegancia el eje Z, permitiendo perspectivas dinámicas que refuerzan la sensación de pequeñez y vulnerabilidad. Laección artística sigue siendo el alma de la saga: una mezcla de surrealismo y terror gótico con matices infantiles. Los colores pálidos contrastan con oscuros intensos, reforzando la impresión de que todo está contaminado o podrido por dentro.
Los monstruos están diseñados para incomodar: algunos parecen caricaturas distorsionadas de figuras paternales, otros son amalgamas deformes que representan traumas o vicios humanos. La manera en que se mueven lenta u pesada, pero impredecible mantiene un constante estado de tensión. Los sonidos, desde los chirridos de madera hasta las respiraciones en la distancia, complementan el terror con una calidad de audioeccional de primer nivel.
Jugabilidad
Esta entrega da un importante paso evolutivo: introduce el cooperativo online por primera vez en la saga. Dos jugadores pueden sincronizar sus movimientos para resolver puzles, superar trampas o escapar de criaturas. Si se juega solo, la IA maneja al segundo protagonista con sorprendente eficiencia, aunque en ocasiones puede anticiparse demasiado, restando protagonismo al jugador.
El diseño de puzles está centrado en la cooperación. Low usa su arco para cortar cuerdas o activar mecanismos a distancia, mientras Alone necesita fuerza y precisión con su llave inglesa. Ambos deben complementarse para avanzar. Estas mecánicas crean una sensación constante de dependencia y tensión emocional, especialmente durante las persecuciones en las que uno debe abrir una salida mientras el otro distrae al monstruo.
En términos de control, el sistema mantiene la mezcla entre plataformas, exploración y sigilo característicos de la saga. Sin embargo, la inclusión de planos más profundos (y del eje Z) provoca que en algunos saltos la percepción de distancia resulte imprecisa, lo que puede derivar en caídas accidentales. Aun así, los momentos de huida, los puzles visuales y las secuencias guiadas son más elaboradas, con un ritmo excelente entre la calma tensa y la acción.
Una novedad interesante es la posibilidad de colgarse, lanzar objetos o usar herramientas del entorno para ganar ventaja, lo que otorga variedad al gameplay. También destacan los»momentos cinemáticos jugables» -escenas donde la cámara se aleja o cambia de perspectiva sin cortar el control-, que aportan dramatismo sin romper la inmersión.
El»Pase de Amigo» incluido es una excelente idea: permite que quienes posean el juego inviten a otro jugador a unirse gratuitamente al cooperativo, fomentando el acceso compartido y la comunicación constante.
Duración
Little Nightmares 3 es la entrega más extensa de la serie, con una duración media de entre 8 y 10 horas, casi el doble que sus predecesores. La campaña se divide en cuatro grandes capítulos temáticos -cada uno con estética y diseño propios- y un epílogo que augura contenido descargable futuro (Los Secretos de la Espiral). Cada zona presenta su propio miniecosistema y monstruo territorial, con mecánicas exclusivas que evitan la monotonía. Los coleccionables, eventos ocultos y pequeños secretos invitan a la exploración, aunque no aportan grandes incentivos narrativos más allá del completismo.
El ritmo, sin embargo, es irregular: el primer y último acto son los más intensos, mientras que en la parte central el juego baja un poco el nivel de tensión y complejidad. Aun así, el final, aunque abrupto, asegura interés de cara a futuras expansiones o incluso una cuarta entrega. Y por cierto, desde mi experiencia, es cero rejugable.
¿Merece la pena jugarlo?
Little Nightmares 3 es una obra técnicamente impresionante y atmosféricamente hipnótica, que conserva el ADN de la serie al tiempo que experimenta con nuevas ideas. El cooperativo online le sienta sorprendentemente bien, aportando un matiz humano y emocional a todo este viaje. Su apartado gráfico, laección de arte y la ambientación sonora la colocan entre las experiencias visualmente más fascinantes del género.
No obstante, la mayor espectacularidad visual conlleva una ligera pérdida de sutileza. Los amantes del terror psicológico más minimalista notarán que el juego apuesta más por el espectáculo que por el misterio. También existen pequeños fallos de diseño en la cámara y la IA que pueden resultar frustrantes. Me ha decepcionado que realmente su mayor innovación, se agradece, pero no parece aportar demasiado a la sensación de estar jugando a un juego nuevo.
Aún con todo, Little Nightmares 3 reafirma a la serie como un referente del terror moderno: cruel, bello y profundamente simbólico. Es un viaje hacia las sombras de la infancia, donde cada escenario es un eco de nuestros miedos y cada puerta, una invitación a enfrentarlos juntos. Una pesadilla sublime que brilla tanto por su oscuridad como por su humanidad.