Hoy me apetecía lanzar una reseña cortita, de un juego directo y que me ha encantado. Mai: Child of Ages es una aventura narrativa y RPG con tintes de fantasía existencial, desarrollada por el estudio independiente Brightstar Labs. El juego propone una premisa profunda: acompañamos a Mai, una joven marcada por poderes místicos y la capacidad de afectar el flujo del tiempo en un mundo que lucha por adaptarse al inexorable paso de los siglos. El universo de Mai está inspirado en leyendas orientales y folklore, pero siempre mediante el prisma de un relato personal sobre madurez, pérdida y esperanza.
La narrativa comienza con Mai despertando en un templo abandonado, custodiado por guardianes espirituales de épocas pasadas. A lo largo del viaje, la joven protagonista descubre que cada “era” del mundo posee desafíos únicos, y que su don le convierte en la clave para restaurar el equilibrio entre naturaleza y civilización. A través de capítulos interconectados, el juego explora el crecimiento interior de Mai mientras se rodea de aliados inusuales y se enfrenta a amenazas sobrenaturales tanto externas como internas.
El tono del relato y del juego en general es melancólico pero esperanzador, abrazando temas como el paso del tiempo, el legado, las decisiones morales y el sacrificio. Los diálogos están cuidadosamente escritos y las decisiones del jugador influyen en el desarrollo de la historia y el destino de los personajes principales. Este punto me ha parecido que, sin florituras, cumple lo que promete.
Apartado Técnico
En lo técnico, Mai: Child of Ages ofrece una experiencia visual sobresaliente para su presupuesto indie, empleando una paleta suave y animaciones dibujadas a mano que refuerzan la atmósfera contemplativa. Los entornos varían desde bosques centenarios y aldeas en decadencia hasta templos y planos de existencia alternativos, siempre con una atención especial al detalle artístico.
El juego se ejecuta de manera fluida en una amplia gama de hardware, con requisitos mínimos modestos —un procesador Intel i3, 6GB de RAM y una gráfica básica GTX 960 ya ofrecen rendimiento estable a 60 fps en calidad media. Las opciones de configuración gráfica permiten ajustar resoluciones, efectos de partículas y sombras dinámicas, además de una función HDR integrada para quienes buscan la mejor experiencia en monitores modernos.
La banda sonora ambiental, compuesta por Taro Suzuki, utiliza instrumentación acústica y electrónica para crear una atmósfera introspectiva. Los efectos sonoros y la actuación de voz en inglés y japonés resultan sobresalientes; la interpretación de Mai transmite vulnerabilidad y determinación. Los menús y la interfaz son minimalistas pero intuitivos, con accesos directos a habilidades, inventario y sistema de guardado rápido.
Jugabilidad
La jugabilidad de Mai: Child of Ages destaca por su sistema de manipulación temporal, que permite alterar eventos del entorno para resolver puzles, rescatar personajes y evitar peligros. El núcleo del juego combina exploración semilibre, diálogos ramificados y un sistema de combate táctico basado en turnos. Mai puede avanzar entre “Ages” (eras) con su habilidad Chrono Shift, desbloqueando nuevas zonas y versiones alteradas de escenarios ya visitados.
El combate se desarrolla en escenarios estáticos donde las decisiones tácticas son fundamentales: elegir entre poderes elementales, invocar guardianes, manipular el tiempo para esquivar ataques y combinar sinergias entre los integrantes del grupo. El nivel de dificultad es ajustable, y existe un modo historia para jugadores que prefieren la narrativa por encima del reto.
El sistema de progresión utiliza un árbol de habilidades que desbloquea técnicas mágicas, mejoras de atributos y nuevas posibilidades de interacción temporal. Los coleccionables y eventos opcionales amplían la profundidad del juego, ofreciendo lore y objetos únicos. Las misiones secundarias aportan trasfondo al mundo y a los personajes, con recompensas útiles tanto para la historia principal como para el desarrollo del pueblo natal de Mai.
Duración
El título se completa en unas 18-22 horas siempre que te centres en la historia principal, mientras que al explorar todas las eras, completar secundarias y desbloquear finales alternativos la duración puede superar fácilmente las 30 horas de juego. Si te mola el coleccionismo y desafíos tácticos puedes dedicar incluso 40 horas o más para completarlo al 100%. Así que bueno, no es un juego AAA que ofrezca numerosas secundarias sin sentido, y eso es algo que personalmente agradezco enormemente.
La rejugabilidad se apoya en las decisiones ramificadas y los diferentes modos de final: cada elección significativa puede incidir en el destino de personajes secundarios y en la restauración (o no) de equilibrio en el mundo, con nuevos detalles desbloqueados en sucesivas partidas.
¿Merece la pena jugarlo?
Spoiler: Sí. Mai: Child of Ages sobresale como un RPG narrativo con una protagonista memorable y mecánicas temporales que aportan profundidad al género. Su mezcla de ambientación melancólica, arte pintoresco y sistema de progresión bien diseñado lo convierten en una experiencia emocionalmente resonante.
Las fortalezas del juego radican en:
- Narrativa profunda y ramificada, capaz de conmover al jugador y plantear dilemas morales.
- Sistema de manipulación temporal original, que influye tanto en puzles como en la estrategia de combate.
- Apartado audiovisual de gran calidad para su escala indie, con una banda sonora envolvente y diseño artístico evocador.
Y dentro de las debilidades del juego incluiría las siguientes:
- Algunas secciones pueden sentirse lentas debido al ritmo contemplativo y la abundancia de diálogos.
- El sistema temporal, aunque innovador, puede resultar complejo para jugadores menos experimentados.
- Necesita mayor variedad de enemigos en los últimos capítulos y una pulida de algunas animaciones menores.
Mai: Child of Ages es una propuesta valiente dentro del RPG narrativo actual, recomendada especialmente para quienes buscan historias con corazón y mecánicas que premian la reflexión y la experimentación. Su mensaje sobre el paso del tiempo y la importancia de las decisiones permanecerá con los jugadores mucho después de los créditos finales.