Si creías que el regreso de Ninja Gaiden iba a ser un simple lavado de cara, prepárate: el juego ha aterrizado en PS5, Xbox Series X|S y PC con una optimización que deja a más de uno con la boca abierta. Desarrollado a cuatro manos por Team Ninja y PlatinumGames, el juego no solo cumple, sino que vuela técnicamente en todas las plataformas. Y lo mejor: sin trucos ni recortes sospechosos. Si algo sabe hacer bien Platinum, es apretar cada frame como si fuera el último. Aunque bueno, en nuestro análisis ya avisamos de que los gráficos no son el punto fuerte tampoco, las cosas como son.
En PS5 y Xbox Series X, los jugadores tienen tres modos para elegir: Calidad (gráficos al máximo, equivalente a «alto» en PC), Rendimiento (60 FPS estables con ajustes en «medio») y 120 FPS (sacrificando fidelidad visual para velocidad pura). Pero aquí viene lo gordo, PS5 Pro se lleva el premio con su «Modo Pro», un híbrido que mezcla lo mejor de los otros dos: detalles gráficos de Calidad con la fluidez de Rendimiento. De hecho ya pudimos ver una primera comparativa solo entre plataformas PlayStation. Eso sí, si activas el 120 FPS en la Pro, no esperes milagros en resolución. La Xbox Series X, por su parte, va casi a la par que la PS5 estándar, mientras que la Series S recorta algún que otro efecto (como la distancia de dibujado) pero mantiene los 60 FPS sin titubear. ¿El resultado? Un combate ultrafluido, sin screen tearing ni latencia, incluso cuando la pantalla se llena de partículas, espadas y miembros volando por los aires.
PC: potencia bruta (con algún «pero»)
En PC, Ninja Gaiden 4 sigue la línea de optimización impecable, pero con un DLSS que decepciona un poco. El problema no es que funcione mal, sino que no hay opciones para ajustar su calidad desde el menú (sí, en 2025 seguimos con estas limitaciones), y para colmo no incluye generación de fotogramas. Una pena sobre todo para quienes tienen pantallas de 144Hz o más y quieren exprimir cada frame. Eso sí, el juego compensa con una amplia personalización: desde texturas hasta efectos de postprocesado, pasando por sombras y reflejos. Si tu PC aguanta, puedes convertir el juego en un benchmarks de lo que es capaz tu tarjeta gráfica… o rebajarlo todo para que vuele a 120 FPS sin sudar.
Pero donde realmente brilla el juego es en su consistencia. Da igual que estés en consola o PC: los combates son precisos, rápidos y sin concesiones, como debe ser en un Ninja Gaiden. Las secuencias más caóticas —con decenas de enemigos en pantalla, efectos de sangre y movimientos acrobáticos— no hacen tambalear el rendimiento. Aquí no hay drops de FPS ni stuttering que arruinen el combo perfecto. Y eso, en un juego donde un error significa la muerte, es oro puro. Team Ninja y Platinum han demostrado que saben cómo hacer un action que, además de espectacular, funciona como un reloj suizo.
