Se acabó la cuenta atrás. Rockstar lo ha soltado sin anestesia: Grand Theft Auto 6 no llegará en mayo como prometían, sino que se planta en el 19 de noviembre de 2026, un mazazo para los jugadores que llevaban años con el hype a tope y un terremoto para la industria. Porque no es solo «otro retraso», es el elefante que acaba de sentarse en medio de la sala de lanzamiento del año que viene. Y ahora toca reorganizar el cotarro, porque nadie en su sano juicio quiere que su juego salga el mismo día que el nuevo GTA. Ni Microsoft, ni Sony, ni el vecino del quinto que está desarrollando un indie en su garaje.
El otoño de 2026 ya pintaba movidito, pero con este cambio de planes, se ha convertido en el Hunger Games de los videojuegos. Microsoft lleva meses preparando su artillería pesada: el regreso de Halo a PlayStation con Campaign Evolved, el nuevo Gears of War: E-Day, el ansiado Fable y, cómo no, el Call of Duty anual que siempre cae como un reloj. Pero ahora mismo, en Redmond están sudando la gota gorda. ¿Cómo repartes esos lanzamientos sin que GTA 6 se los coma vivos? Porque vamos a ser claros: cuando el nuevo título de Rockstar aterriza, el resto de juegos o se esconden o se preparan para vender la mitad. Y no es exagerar; es la ley del mercado.
El efecto dominó: cuando un retraso lo cambia (casi) todo
Que nadie se engañe ya que esto no es un problema solo de Microsoft. PlayStation tiene en la recámara el Wolverine de Insomniac, el juego que los fans de Marvel llevan años esperando, y que ahora mismo tiene fecha para «finales de 2026». ¿Finales? Pues habrá que ver si «finales» significa antes o después del 19 de noviembre, porque salir una semana antes o después puede ser la diferencia entre triunfar o desaparecer en el olvido. Y no hablemos ya de Nintendo, que planea soltar la décima generación de Pokémon en el último trimestre del año, justo cuando se cumplen 30 años de la franquicia. ¿Un lanzamiento histórico? Sí. ¿Suficiente para plantarle cara a GTA 6? Ni de coña.
El asunto va más allá de las grandes compañías. Los estudios independientes y los juegos AAA que ya tenían fecha para ese otoño están ahora mismo en modo pánico. Porque el periodo navideño es el prime time de las ventas, pero también el más saturado. Si antes ya era un milagro destacar entre tanto título, ahora con el coloso de Rockstar en medio, la cosa pinta de misión imposible.
Algunos optarán por retrasarse a 2027 —con el riesgo de perder relevancia—, otros se lanzarán a la aventura y cruzarán los dedos para no acabar como that one game que salió el mismo día que Red Dead Redemption 2 y nadie se acordó de él. La pregunta del millón es: ¿alguien se atreverá a desafiar a GTA 6 cara a cara? Spoiler: no.



