El proyecto SuperSega ha saltado por los aires y se ha confirmado el desastre de uno de los mayores tongos de financiación colectiva que hemos visto en el mundillo de los videojuegos retro. Esta consola, que prometía agrupar todo el catálogo de Sega (Master System, Mega Drive, Saturn y Dreamcast) en un solo aparato usando una tecnología de locos, ha pasado de ser un sueño húmedo para los jugadores a un palo de ciego de mucho cuidado. El jaleo que ha montado el ingeniero español Alejandro Martín ha sido antológico: dinero desaparecido, un deportivo de lujo por el medio, y una lista de despropósitos que dan para escribir un libro.
Martín, que se vendía como un jugador de toda la vida de la Master System de 8 bits, se marcó un órdago a mediados de 2024. El gancho de la SuperSega era el uso de chips FPGA (Matriz de Puertas Programables en Campo) para ejecutar el hardware de Sega a piñón fijo, asegurando una compatibilidad a prueba de bombas vía hardware. El quid de la cuestión es que nadie ha logrado que Dreamcast funcione en un chip FPGA comercial, pero Martín se pavoneaba de haberlo conseguido gracias al chip Virtex Ultrascale+. La primera señal de alarma vino cuando se supo que Martín ya se había estrellado antes: su empresa Cinemartin se fue a pique tras no entregar una cámara 8K financiada por la comunidad.
La estafa de la reserva y el ultimátum de SEGA
El pastel se fue destapando con un vídeo del prototipo de la SuperSega que olía regular… Los expertos se olieron la tostada al ver el chip vital escondido bajo un disipador de calor tamaño XXL y apostaron a que todo era emulación vía PC. Por si la cosa no era ya bastante bochornosa, Martín se dejó ver saliendo de su Lamborghini Gallardo para pedir más pasta para la reserva, y la jugada maestra fue que a los jugadores que pagaron 3 dólares de reserva les cobraron el precio completo de una consola que no existía.
La debacle se consumó a finales de 2024 cuando Sega se puso seria y mandó parar todo con un requerimiento legal que le exigía abandonar el nombre «SuperSega» y destruir los prototipos. Martín intentó marear la perdiz con una de las peores entrevistas que he visto en mis más de 17 años de experiencia en el mundillo en donde el presentador Iain Lee casi le da una taquicardia, Martin donde no dio pie con bola al hablar del dinero, y luego se descolgó diciendo que Sega había cambiado de opinión.
El último acto del ciclón fue el pasado 12 de diciembre de 2025, cuando Martín soltó el comunicado final: «ESTE ES EL FINAL. Después de semanas y meses, Supersega ha muerto oficialmente«. La pasta de las reservas, a pesar de sus garantías, sigue siendo una incógnita para muchos, que solo han podido recuperarla tirando de devolución de cargo. Aquí os dejo el vídeo de despedida, y si visitas la web oficial del proyecto básicamente ha desaparecido todo y solo hay una foto suya con la chaqueta blanca y una frase a pied e página.
