Los amantes del drifting y las carreras clandestinas tienen motivo para celebrar: JDM: Japanese Drift Master, el título de Gaming Factory que debutó en PC el pasado mayo, está listo para quemar rueda en consolas. Los jugadores de Xbox Series podrán hacerse con él a partir del 21 de noviembre, mientras que los de PS5 tendrán que esperar un poco más, hasta el primer trimestre de 2026. Si el tráiler de anuncio no te convence, al menos te dejará con ganas de probar esos derrapes en un mundo abierto que, según prometen, es más grande que el ego de un piloto de Initial D.
La historia de JDM: Japanese Drift Master es de esas que parecen sacadas de un manga de los 90: Thomas, un europeo sin más equipaje que un pasado familiar complicado, hereda el garaje de su difunto padre en Guntama (una región inspirada en Honshu). Allí, junto a Hideo, su nuevo compañero de aventuras, se adentrará en el mundo de las carreras ilegales, donde construir su propio coche y enfrentarse a rivales con más mala leche que un yakuza en día de pago será el pan de cada día. La historia, contada a través de viñetas al más puro estilo manga, le da ese toque underground que tanto mola, aunque no todo el mundo se tragó el juego al 100% en su lanzamiento (si quieres detalles, ya sabes: nuestra reseña sigue ahí, sin filtros). Eso sí, desde entonces, el título ha recibido varias actualizaciones para pulir bugs y mejorar el rendimiento, así que igual ahora es el momento de darle una segunda oportunidad.
Un mundo abierto de 250 km y un DLC que huele a gasolina estadounidense
Si algo tiene JDM: Japanese Drift Master es ambición a la hora de diseñar su escenario: un mundo abierto que supera los 250 kilómetros, con ciclos de día y noche, clima variable y un montón de desafíos para poner a prueba tus habilidades al volante. Vamos, que si te aburres aquí, es porque no te gusta conducir. Eso sí, no todo es perfección: en su estreno, el juego tuvo sus altibajos técnicos, pero las actualizaciones posteriores han intentado dejarlo en mejor forma. Ahora, con el salto a consolas, habrá que ver si Gaming Factory ha apretado los tornillos lo suficiente para que la experiencia sea tan fluida como un derrape en asfalto mojado.
Pero no todo son mejoras técnicas: en noviembre también llegará el DLC de pago «Made in USA», que añadirá seis vehículos inspirados en muscle cars estadounidenses (sí, esos bólidos con más potencia que sentido común) y 30 piezas nuevas de tuning para que puedas personalizar tu coche hasta el último tornillo. Si te va lo clásico americano pero con toque japonés, este paquete promete ser un must-have.
Eso sí, aún no hay detalles concretos sobre precios o fechas exactas más allá de «noviembre», así que toca estar atento a las redes de Gaming Factory si no quieres perdértelo. Mientras tanto, si tienes una Xbox, prepárate para quemar goma el 21 de noviembre. Y si eres de PS5, pues… a armarse de paciencia. Al menos tendrás tiempo para ahorrar y tunear tu coche mentalmente.