Ayer mismo os anunciamos la nueva versión de firmware 21.0.0 de Nintendo Switch. Este update que apriori está centrado en mejorar la experiencia, oculta un detalle que no aparece en las notas oficiales. Y es que Nintendo cierra el grifo a los accesorios no oficiales. Según cuentan desde The Verge, tras analizar la consola con un sniffer USB-C, resulta que ahora la Switch 2 exige un apretón de manos encriptado con sus bases. Vamos que si el accesorio no es de Nintendo, no hay vídeo, no hay carga, no hay nada. Point blank.
El truco está en que la consola ahora usa «un chip de cifrado dedicado y mensajes propietarios» que solo entienden sus propios accesorios. Mientras que antes un cable USB-C estándar bastaba para sacar imagen, ahora la Switch 2 intercambia más de 30 señales secretas con su base oficial antes de soltar ni un píxel. Dos fabricantes de accesorios ya han tirado la toalla: Jsaux (los de las bases para Steam Deck) han cancelado sus planes para la Switch 2, y solo una marca, Antank (con su modelo S3 Max), afirma haber crackeado el sistema… por ahora. Eso sí, con un firmware que básicamente finge ser Nintendo.
¿Protección o puñalada al bolsillo? El debate está servido
Nintendo, como siempre, se escuda en la «calidad y seguridad» para justificar el movimiento. Según ellos, es por evitar que bases cutres frían la consola. Pero vamos, que esto huele más a control absoluto del mercado: si quieres jugar en el tele, tendrás que pagar los 100 pavos (o más) que cuesta su base oficial. Y si te gusta viajar con un adaptador portátil, prepárate para llevar un ladrillo extra en la mochila… o rezar para que Antank no se canse de jugar al gato y al ratón con los ingenieros de Kyoto.
El problema no es solo el dinero, sino la falta de opciones. La Switch original ya tenía este vicio, pero al menos había alternativas decentes. Ahora, con esta actualización, Nintendo ha convertido su consola en un jardín amurallado: o juegas con sus reglas, o te quedas sin partido. Y lo peor es que, sabiendo cómo funcionan, no hay marcha atrás. Así que ya sabes: si actualizas, despídete de tu base de 20 euros. Si no, prepárate para vivir en modo offline eternamente. Tú decides.
