El estudio Build a Rocket Boy, responsable del polémico lanzamiento de MindsEye a principios de este año, enfrenta ahora una ola de críticas por parte del sindicato británico IWGB Game Workers, que ha hecho pública una carta abierta denunciando lo que califican como un «trato prolongado de falta de respeto y maltrato» hacia su plantilla. El documento, respaldado por 93 trabajadores y exempleados, no solo señala el fracaso comercial del juego —tachado de «uno de los peores lanzamientos de la década«— sino que también expone una serie de prácticas laborales cuestionables que habrían llevado a la pérdida de entre 250 y 300 puestos de trabajo. El sindicato no ha dudado en apuntarectamente a los ejecutivos del estudio, Mark Gerhard y Leslie Benzies, como responsables de una gestión que, según describen, ha generado «agotamiento, precariedad y problemas de salud» entre los empleados.
Entre las acusaciones más graves destacan las jornadas extenuantes en los meses previos al lanzamiento, donde se impusieron hasta 8 horas extra semanales obligatorias, así como la promesa incumplida de compensar esas horas con tiempo libre, algo que nunca llegó a materializarse debido a la carga de trabajo posterior al estreno. Pero el conflicto no termina ahí. El proceso de despidos, según el sindicato, estuvo marcado por la desorganización: empleados recibieron información errónea sobre plazos de preaviso, fueron asignados a equipos que no correspondían con sus roles reales —afectando sus evaluaciones de rendimiento— y, en general, vivieron una situación de incertidumbre y estrés evitables. La carta exige cambios profundos, desde una disculpa pública hasta compensaciones justas para los afectados, pasando por la posibilidad de que quienes recibieron aviso de despido puedan optar por trabajar ese período o recibir el pago correspondiente (PILON).
Exigencias y un llamado al cambio en laección
El sindicato no se limita a denunciar, sino que reclama acciones concretas. Piden que losectivos actualices den un paso atrás para dejar espacio a profesionales capacitados que puedan reconducir el rumbo de la empresa. «Build a Rocket Boy necesita cambiar», afirman, subrayando que la experiencia de muchos ha sido la de ver cómo años de esfuerzo se desvanecían en un proyecto mal gestionado. La carta también insiste en la necesidad de mejorar las condiciones laborales de manera documentada y de recurrir a mediadores externos en futuros procesos de despido, evitando así tratos injustos como los que, según relatan, se han producido hasta ahora.
La publicación en X del sindicato refuerza el mensaje: «Nos solidarizamos con los empleados y exempleados mientras presentan reclamaciones legales«. La situación tristemente nos muestra un patrón que, lamentablemente, no es aislado en la industria, pero que en este caso ha adquirido una dimensión especialmente dolorosa por la combinación de un lanzamiento fallido y una gestión interna caótica. Mientras tanto, los trabajadores afectados buscan respuestas y, sobre todo, un reconocimiento del daño causado.
We stand in solidarity with employees and ex-employees at Build a Rocket Boy as they file legal claims through our union and publish an open letter, condemning the way in which they’ve been mistreated and discarded by the studio’s millionaire executives. https://t.co/WWm4vxKEfd pic.twitter.com/bOOHaQEakQ
— IWGB Game Workers (@IWGB_GW) October 10, 2025
¿La presión pública y legal logrará mover a la compañía hacia un modelo más justo? Lo dudo, parece que este episodio se sumará a la lista de casos donde los equipos de desarrollo pagan el precio más alto por decisiones cuestionables desde las esferasectivas.