No hace mucho, en el Computex, se nos prometió la madre del cordero: una nueva hornada de software de renderizado neural para cambiarle la cara a la experiencia de jugar. Pues agárrate, porque ese futuro ya está aquí. Hablamos de FSR Redstone, la suite de tecnologías que AMD llevaba cocinando para que, al final, tú y yo podamos disfrutar de mundos más vivos y experiencias más redondas. Le han metido caña al pipeline de gráficos moderno con una pregunta clara: ¿dónde puede la inteligencia artificial (IA) meter la zarpa de verdad?
El resultado es una mejora que se deja notar, y mucho. Solo tienes que meterte en faena con Call of Duty Black Ops 7 para verlo, y es que este título ya estrena una de las nuevas jugadas de la casa. Microsoft y Xbox, de la mano del mismísimo Matt Booty, han estado a pico y pala con AMD para pulir esta tecnología. Toca decir que la cosa va en serio, y que el rendimiento que consigues es de aúpa.
Renderizado neuronal y rendimiento
La clave del asunto es FSR Ray Regeneration, la solución basada en redes neuronales para restaurar el detalle fino en los efectos de trazado de rayos (ray tracing). Ya sabes que los denoisers de toda la vida suelen dejar borrones o perder información cuando el juego escala. Pues bien, esto parece haberse acabado. Esta tecnología coge fotogramas con poco muestreo y reconstruye cómo debe ser la imagen final, ofreciendo reflejos y superficies mucho más limpias. Vamos, que cada fotograma se siente más en su sitio. De hecho, gracias a todo el paquete Redstone, el rendimiento se dispara más de cuatro veces en juegos como Call of Duty Black Ops 7.
Pero ojo, que no todo va de detallar reflejos. La familia Redstone es más extensa, y el upscaler vitaminado con Machine Learning (ML) va a llegar a más de doscientos juegos antes de que acabe el año, prometiendo una calidad de imagen casi nativa a partir de fotogramas de menor resolución en tiempo real. Esto es un puntazo para los jugadores.
Y luego está el tema de la iluminación por trazado de rayos. Es una maravilla verla en acción, pero exige lo suyo al hardware. Para abaratar ese coste, AMD ha ideado FSR Radiance Caching, un sistema que transforma cómo se calcula la luz. En lugar de estar recalculando cada rayo sin parar, la caché de radiancia aprende sobre la marcha a reconocer patrones de luz y reutiliza esa información con una eficiencia de campeonato. Esto, en cristiano, se traduce en una iluminación más realista a un coste menor, y lo vas a flipar cuando lo veas en Warhammer 40,000 Darktide el próximo año.
La generación de fotogramas sin fisuras
El otro gran plato fuerte es la nueva generación de fotogramas con IA. Ya vimos lo que consiguió el modelo analítico de FSR 3 para hacer el movimiento más suave, pero ahora han ido un paso más allá, entrenando una red neuronal con los escenarios más duros, desde batallas masivas hasta carreras de locura. El resultado ya no es solo suave, es que es totalmente seamless, sin fisuras.
En juegos como F1 25 se ve de fábula, corrigiendo ese ghosting que dejaba el modelo anterior alrededor de las ruedas a toda pastilla. Ian Flatt de Codemasters ya ha puesto el grito en el cielo sobre cómo F1 25 se siente suave, sensible y alucinante con esta optimización. Con esto en marcha, puedes esperar que títulos como el de F1 corran hasta tres veces más rápido. Al final, lo que pasa es que al juntar todas estas novedades, consigues subir el rendimiento de una forma espectacular sin sacrificar la calidad de imagen, y esto es lo que buscamos los jugadores, darle un empujón al hardware.
