Ya lo dije en redes y también por la propia web, pero para mí, Project Magnus puede ser una pasada o un fracaso dependiente de cómo Microsoft lo enfoque. Las primeras imágenes de lo que podría ser el sistema en un chip (SoC) de la próxima consola de Xbox, parecen estar circulando en las últimas horas. Fue el analista de hardware y creador de contenido Moore’s Law Is Dead quien, a través de su canal de YouTube, compartió estas capturas junto con un análisis detallado de las especificaciones técnicas que, según sus fuentes, corresponderían a este nuevo desarrollo de Microsoft. Las imágenes, aunque preliminares, ofrecen un vistazo a lo que podría ser el corazón tecnológico de la próxima generación de la marca, un tema que ya ha comenzado a generar expectación entre los seguidores de la industria.
El SoC Magnus, de confirmarse su autenticidad, estaría fabricado bajo el proceso de 4 nm de TSMC, un salto significativo en miniaturización y eficiencia energética. Según la información filtrada, integraría 16 núcleos de CPU basados en la arquitectura Zen 5 de AMD, acompañados de 60 unidades de cómputo de GPU RDNA 5. En cuanto a la memoria, se habla de 24 GB de GDDR7, un aumento notable en ancho de banda respecto a las consolas actuales. Lo más llamativo, sin embargo, es el aparente cambio de estrategia por parte de Microsoft: Magnus no parece diseñada como una opción económica o de menor rendimiento, como ocurrió con la Xbox Series S, sino como un dispositivo de alta gama, capaz de competirectamente con el modelo base de la futura PlayStation 6. Esto sugiere que la compañía podría estar planeando un lanzamiento simultáneo —o incluso ligeramente adelantado— respecto a su principal rival, en un intento por recuperar terreno en una generación donde Sony ha llevado cierta ventaja comercial.
La nueva Xbox Magnus podría superar a PS6 en potencia
El análisis de Moore’s Law Is Dead no se limita a las especificaciones de Magnus, sino que también las contrasta con los rumores que circulan sobre la PS6. Ambas consolas, al menos sobre el papel, compartirían la misma base arquitectónica: CPU Zen 5 y GPU RDNA 5. Sin embargo, aquí es donde empiezan las diferencias. Mientras que la PS6 se ha asociado a un rango de 56 a 60 unidades de cómputo en su GPU, Magnus apostaríaectamente por las 60, lo que, en teoría, le otorgaría una ligera ventaja en rendimiento gráfico bruto. Eso sí, como siempre ocurre en estos casos, el resultado final no dependerá solo de los números, sino de cómo cada compañía optimice su hardware y software.
Sony, por su parte, tiene una reputación consolidada en la optimización de sus sistemas, algo que le ha permitido extraer el máximo rendimiento incluso con especificaciones aparentemente inferiores en generaciones anteriores. Herramientas de desarrollo más avanzadas y una integración más estrecha entre hardware y software podrían ser sus cartas fuertes para equilibrar la balanza. El creativo advierte que, aunque Magnus podría superar a la PS6 en papel, factores como las velocidades de reloj definitivas, la gestión térmica o la configuración final de la memoria serán determinantes. En otras palabras, la batalla por el rendimiento real dista mucho de estar decidida, y ambos fabricantes tendrán que demostrar qué pueden ofrecer más allá de las hojas de especificaciones.
El contexto de una nueva generación
Lo que sí parece claro es que Microsoft ha aprendido de los errores del pasado. La Xbox Series S, aunque accesible, quedó relegada a un segundo plano frente a la potencia de la Series X y PS5, limitando su atractivo para los jugadores más exigentes. Con Magnus, la compañía parece dispuesta a evitar ese desequilibrio interno, apostando por un único modelo de alto rendimiento que pueda competir de tú a tú con lo que ofrezca Sony. Esto no solo cambiaría la percepción de la marca en el mercado, sino que también podría redefinir las expectativas de los estudios de desarrollo, que tendrían un hardware más uniforme sobre el que trabajar.
Esi si, aviso de que las imágenes filtradas, aunque sugerentes, no han sido confirmadas oficialmente, y las especificaciones técnicas podrían sufrir ajustes antes del lanzamiento definitivo. Lo que sí es innegable es que, si estos datos se acercan a la realidad, la próxima generación de consolas promete ser una de las más reñidas en años. Hace poco y nada escribí este artículo en donde hablo de una caída de ventas de hardware absurdamente grande para Xbox, y esto es un terreno que considero perdido a todas luces.