El lanzamiento de Battlefield 6 se acerca, y tanto Battlefield Studios como EA han desvelado no solo los requisitos mínimos y recomendados para ejecutar el juego en PC, sino también las exigencias de hardware para quienes busquen la experiencia más demandante: las configuraciones Ultra y Ultra++. Según una publicación en X, estos modos están diseñados para jugadores que no quieren conformarse con menos que la máxima calidad visual y fluidez. La configuración Ultra, por ejemplo, permite ejecutar el juego en 4K a 60 FPS con ajustes gráficos al máximo, o en 1440p a 144 FPS con ajustes medios, todo sin depender de tecnologías de escalado como DLSS o FSR. Para lograrlo, los jugadores necesitarán al menos una CPU como el Intel Core i9-12900K o un AMD Ryzen 7 7800X3D, acompañados de una GPU Nvidia GeForce RTX 4080 o una AMD Radeon RX 7900 XTX, además de 16 GB de RAM.
Sin embargo, quienes aspiren a la configuración Ultra++, que promete 4K a 144 FPS con ajustes altos o incluso 4K a 240 FPS con ajustes ultra, tendrán que invertir en hardware aún más potente. Este modo sí recurre al DLSS Super Resolution y a la generación multifotograma para alcanzar esos niveles de rendimiento. Aquí, las exigencias suben a una CPU Intel Core Ultra 9 285K o un AMD Ryzen 7 9800X3D, junto con una Nvidia GeForce RTX 5080 y, nuevamente, 16 GB de RAM. Ambos modos, Ultra y Ultra++, recomiendan disponer de 90 GB de espacio libre en un SSD y utilizar Windows 11 como sistema operativo. Lo interesante es cómo el estudio ha trabajado para garantizar que, incluso en equipos con las especificaciones mínimas, el juego ofrezca una experiencia aceptable, algo que no siempre es prioridad en títulos AAA de esta envergadura.
El equilibrio entre rendimiento y accesibilidad
Christian Buhl, director técnico del proyecto, explicó en una entrevista el mes pasado cómo el equipo se enfrentó al desafío de optimizar Battlefield 6 para que funcionara incluso en equipos con hardware limitado. «Tuvimos que ajustar el diseño de varios mapas multijugador para mejorar su rendimiento», comentó. Este proceso implicó la colaboración estrecha entre artistas y técnicos, con el objetivo de que el juego no solo luciera bien en configuraciones altas, sino que también fuera jugable en las mínimas. Buhl destacó que, durante las betas abiertas de agosto, un porcentaje significativo de jugadores utilizaba PCs que apenas superaban los requisitos mínimos, algunos incluso con solo 6 GB de RAM. «Es crucial que el juego funcione bien en estos equipos«, afirmó, subrayando la importancia comercial y de accesibilidad de llegar al mayor número posible de jugadores.
Esta obsesión por el rendimiento no es casual. Según Buhl, el estudio realizó numerosas pruebas en una amplia gama de hardware, desde equipos que ni siquiera cumplían los requisitos mínimos hasta configuraciones de alta gama. El objetivo era claro: determinar qué era posible lograr técnicamente y qué era necesario para captar una audiencia amplia en PC. «Queremos que la mayor cantidad de personas posible pueda jugar«, explicó, dejando en claro que, para EA y Battlefield Studios, la accesibilidad no es un detalle menor, sino una pieza clave en su estrategia. Ahora solo queda ver cómo responde el público a este equilibrio entre calidad gráfica y rendimiento, especialmente en un mercado donde las expectativas técnicas suelen ser cada vez más altas.